Por su parte, la Unión Europea también tiene un gran peso en la toma de este tipo de decisiones. Ya se han mantenido multitud de conversaciones sobre la contaminación que provocan los turismos en nuestro planeta (el transporte es responsable del 30% de las emisiones de CO2 de la UE) y se prevé que las emisiones se reduzcan en un 60% en 2050 (respecto a las que hubo en 1990).
El mayor objetivo de la Unión Europea respecto a esta cuestión climática es, entonces, conseguir la transición a vehículos más limpios, híbridos o eléctricos, habiendo de llegar a representar en 2030 el 35% del total.
Durante los próximos años, España tendrá que adaptarse a las nuevas normas dictadas por la UE para decidir qué senda siguen los turismos en nuestro país y cumplir con los objetivos del ejecutivo comunitario.
Ahora mismo, no está prohibida ni la venta ni la circulación de vehículos diésel o gasolina, ya que todo lo que se ha expresado hasta ahora son intenciones, no leyes en firme. Hasta que se apruebe la ley, deberemos esperar a saber las próximas comunicaciones provenientes del Congreso de Diputados y estar atentos a las posibles modificaciones de este Proyecto de Ley.
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